Construirse a sí mismo, todo un desafío que nos ofrece la vida: tomar decisiones que nos llevan a ser lo que queremos ser dentro de nuestras posibilidades. Cada ser humano es esencialmente alguien que se construye a sí mismo desde que tiene uso de razón: lo que come, lo que lee, lo que ve, lo que piensa, lo que siente, lo que hace y, sobre todo, las decisiones que toma, le van llevando a ser de un modo determinado y no de otro.
Pero hay otra parte que va más allá del papel de constructor y es el otro gran rol que nunca debe faltar: el de ingeniero, el que diseña lo que quiere ser a corto plazo, a medio plazo, a largo plazo, y el que además de trazar un plan para conseguirlo se plantea los obstáculos que podrá encontrar y elige el modo de superarlos; adopta soluciones ante los problemas.

«El ser humano constructor se basa más en la voluntad, pero el ingeniero hace uso principalmente de la razón, de la inteligencia.«
El ingeniero es el que dice al constructor lo que debe hacer para conseguir las metas que se ha trazado. El ser humano constructor se basa más en la voluntad, pero el ingeniero hace uso principalmente de la razón, de la inteligencia. Las dos se apoyan en sentimientos, emociones, afectos, elementos comunes para los dos, para el ingeniero y el constructor, que son la misma persona.
Cuando le preguntas a un niño de cinco años qué quiere ser de mayor y te responde “estrella del rock”, no es que esté poniendo en marcha el ser humano ingeniero, sino expresando algo que le gusta, en lo que se ve proyectado, pero eso no es ser ingeniero. El ser humano ingeniero diría: “voy a ser estrella de rock y para ello estudiaré música, me compraré una guitarra, etc”. Ser ingeniero se trata de fijarse una meta y trazar los medios para alcanzarla. Luego, buscará todo lo que le ayude a conseguir ese plan trazado e irá afinando sus medios para conseguirlo.
En ese recorrido, el ingeniero y el constructor no están solos, aislados. No, viven en un ambiente concreto, en unas circunstancias que pueden ayudar o dificultar el logro de los objetivos e incluso el mismo planteamiento de los mismos.
Ahí entra el coaching, ahí está VELUM, entrenamiento humano integral. Es el apoyo externo que camina a tu lado, refuerza al ingeniero y al constructor, los sostiene, los proyecta, les ayuda a tener claridad, a conocerse, a luchar sin desfallecer, a superar dificultades, a crecer, a desarrollar todo su potencial. Nos ponemos a tu servicio.