LA LIBERTAD

Hay un concepto que ha ocupado y todavía ocupa muchos debates políticos, filosóficos, sociales; que aparece frecuentemente en eslóganes reivindicativos, que ha generado verdaderas revoluciones sociales, como la de mayo de 1968, y que muchas veces se manosea y manipula con distintos fines: la libertad.

Definiciones de la libertad

Recorriendo la historia del pensamiento humano, encontramos cuatro grandes definiciones de libertad:

La de la tradición judeocristiana: Libertad es “el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo” (Catecismo de la Iglesia Católica 1731).

La de la ausencia de trabas de Thomas Hobbes: “Un hombre libre es quien en las cosas que por su fuerza o ingenio puede hacer, no se ve estorbado en realizar su voluntad” (Thomas Hobbes, 1588-1679, Leviatán, II, 21).

La del racionalismo, enunciada por Baruch Spinoza: “Es libre quien se guía sólo por la razón” (Baruch Spinoza, 1632-1677, Ética demostrada según el orden geométrico, parte IV, proposición 62).

La del utilitarismo, acuñada por Stuart Mill: “La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto que no privemos a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo” (J.S. Mill, 1806-1863, Sobre la libertad, Alianza Ed., Madrid, 1994).

Las cuatro ofrecen distintos puntos de vista, pero coinciden en la afirmación de una decisión interior que es llevaba a la práctica. La libertad nace del interior del ser humano.

» La libertad está ahí, en nuestro interior, y hay que trabajarla, concienciarse de ella, actualizarla, reiniciarla cuando sea necesario, usarla para sostener y alimentar las decisiones personales, especialmente aquellas que nos involucran más completamente.»

¿Dónde radica la libertad?

¿Qué es lo que hace que un preso que espera la pena de muerte se sienta libre o que un monje encerrado de por vida en un monasterio experimente una libertad absoluta? Nelson Mandela se sentía invenciblemente libre aislado en una celda y sometido a trabajos forzados. Viktor Frankl toma conciencia del poder de su libertad y del sentido de su vida en un campo de exterminio. San Benito, encerrado en su monasterio de Subiaco y luego en Montecassino, vivía una libertad que trascendía el tiempo y el espacio, y así miles de ejemplos. ¿Será que la libertad nace de dentro del ser humano y no es una concesión de la autoridad, ni una cuestión de rejas.

La libertad está ahí, en nuestro interior, y hay que trabajarla, concienciarse de ella, actualizarla, reiniciarla cuando sea necesario, usarla para sostener y alimentar las decisiones personales, especialmente aquellas que nos involucran más completamente.

Desarrollar la libertad y todos sus potenciales es un trabajo interior, y para ello puede ayudar el entrenamiento integral que fortalece el músculo de la libertad, la fortalece y vigoriza, haciéndola capaz de tomar las mejores decisiones y haciéndote disfrutar más de ella, unirla a la racionalidad (Baruch Spinoza), librarla de trabas (Thomas Hobbes), sincronizarla con la libertad de los demás (Stuart Mill) y autodeterminarse correctamente (tradición judeocristiana) para alcanzar la plenitud.

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VELUM es un programa de entrenamiento humano integral y de formación de entrenadores que, a través del diálogo personal, la autorreflexión, la acción presente, la revisión personal de vida y el plan de acción por objetivos se orienta al desarrollo de los potenciales internos del ser humano y a la mejora de las relaciones humanas. Además, VELUM ofrece un programa teórico práctico de formación ética.