¿Qué es la felicidad? ¿Dónde está su secreto? ¿Es sólo la suma de dopamina, oxitocina, serotonina y endorfina, los llamados “químicos de la felicidad”? ¿Es algo interior o exterior, depende de lo que eres o de lo que tienes?
Daniel Gilbert es coautor de la investigación que ha realizado la Universidad de Harvard y que ha presentado en la revista Science sobre qué es aquello que nos hace más felices y cuáles son las circunstancias en que ello sucede. Aporta un dato importante: la felicidad no depende tanto de lo que uno hace sino de cómo lo hace.
¿El entrenamiento integral ayuda en este camino hacia la felicidad? Claro. Nosotros no podemos cambiar los hechos, pero sí la manera en que nos relacionamos con ellos. Y en esta relación se juega mucho de nuestra felicidad.

“Lo que perturba nuestra mente no son los acontecimientos, sino la manera como los enjuiciamos” (Epicteto, filósofo griego del siglo I).
Podemos afrontar este mundo con victimismo, creyendo que lo que tenga que suceder sucederá, y que no podemos hacer nada para cambiarlo. Otra opción extrema consiste en, vista la incertidumbre, planificarlo y controlarlo todo al más mínimo detalle, cuantas menos sorpresas emocionales mejor.
Y por último, una tercera actitud sería tomar consciencia del tipo de “observador” que estoy siendo, aceptando las circunstancias, pero teniendo claro que de mí depende el relacionarme eficazmente (consiguiendo mis objetivos) con mi entorno y que en la medida en que yo cambie también puedo cambiar el entorno.
Las emociones no se deciden, pero podemos gestionarlas, antes de poder controlarlas. Para los entrenadores es clave este control de las emociones. Los griegos hablaban de la sofrosine, que es precisamente una disciplina para el control de las emociones, y en general es siempre fruto de una práctica continua y consciente.
“Lo que perturba nuestra mente no son los acontecimientos, sino la manera como los enjuiciamos” (Epicteto, filósofo griego del siglo I).
El entrenamiento nos lleva a discernir qué podemos hacer, y a hacerlo superando las dificultades internas y externas. Enseña a manejar la tensión emocional y la tensión creativa, la zona de confort, la zona de aprendizaje y la zona de retos que tiene todo ser humano, a vencer el miedo y enfrentar los retos, y eso es, en el fondo, un camino de felicidad.