Cuando pensamos en un líder, normalmente viene a nuestra cabeza un personaje masculino, relacionado con el campo de la política y con el poder. Es un estereotipo. Sin embargo, cuando pensamos con los grandes líderes de nuestra vida, en concreto, de las personas que más nos han guiado, generalmente son mujeres (mamás, abuelas, maestras, etc), muy alejadas del poder político y enfocadas al servicio.
Ser líder no es alguien que “controla” a los demás, sino que los lanza, los apoya en su desarrollo, los libera.
No se puede considerar líder a alguien que usa a las personas como medios y no como fines. Por eso, cuando aplicamos el término líder a Hitler o Stalin o Mao, lo hacemos con un sentido de liderazgo que no corresponde a lo que realmente es el liderato. Es verdad que ellos, para llegar al puesto que tuvieron supieron ganarse a los demás, construir equipos de trabajo, etc, pero no son personas que inspiran positivamente.

«El líder conduce, señala, forma, pero ante todo libera, desarrolla, sostiene«.
El ser humano se va construyendo en la vida, muchas veces en medio de circunstancias difíciles, imposibles, duras, que lo hacen sentirse indefenso, desahuciado. El líder o la líder es el que muestra el camino y ayuda a seguirlo.
Claves del auténtico liderazgo
Siempre se habla de las siguientes cuatro:
1. La competencia, que es conocimiento, experiencia, saber lo que se hace. No puede señalar el camino aquel que ni siquiera es capaz de verlo.
2. La visión. Este es un elemento clave. Es quien en momentos difíciles es capaz de ilusionar, quien está viendo la cima y el camino para llegar a ella, mientras los demás sólo se fijan en su propio cansancio o en las dificultades que padecen. La visión no es algo claramente definido desde el inicio, sino un ideal que poco a poco se va concretando en hechos particulares.
3. El carácter. Cuando se habla de carácter no nos referimos a estar continuamente enfadado, sino a ser fiable, íntegro, coherente, todos los elementos de la caracteriología humana enriquecidos y orientados al bien. El carácter, en este sentido, genera confianza en los demás, mueve con el propio testimonio: “si él es así, yo quiero ser como él”. El ejemplo arrastra.
4. La química, la conexión, la empatía, que nos hace sentirnos cómodos con esa persona, entendidos, aceptados.
El liderazgo es natural, atrae, no impone. Y, en el fondo, es cuestión siempre de servicio, no de mando.
El liderazgo no es cuestión de poder o de influencia en las masas. Es una cuestión personal, de cada uno, que comienza con el liderazgo sobre sí mismo: antes de influir sobre los demás, debes influir sobre ti mismo, tener el control de tu vida.
El entrenamiento humano integral VELUM es una gran ayuda en el desarrollo del liderazgo personal dentro del propio ambiente. Acompaña en el trabajo de construcción del líder que todos llevamos dentro. Su método de coaching se convierte en una herramienta de apoyo para ese crecimiento individual.