No hace falta decir que la motivación es fundamental en nuestras vidas. Con una motivación fuerte, el ser humano es capaz de las mayores hazañas. Sin ella, caerá en la primera dificultad. La motivación pone en marcha los mejores recursos del ser humano, incluso algunos que no sospechábamos que teníamos.
Hay un principio que explica la fuerza de la motivación: “Todo ser actúa por un fin”. No es lo que haces, sino lo que buscas conseguir con lo que haces lo que guía tu comportamiento.

El ser humano actúa siempre guiado por fines y siempre busca fines cuando actúa. La motivación es el fin que te atrae, el fin que persigues, el motivo de tus actos.
Hay muchos tipos de motivaciones: ingreso, amor, empoderamiento, valores personales, valor moral, sentido de la vida, amor a los tuyos, sentido de pertenencia, seguridad, etc.
La motivación no está sólo en el “tú puedes” sino especialmente en la visualización de lo que conseguirás con lo que haces. La motivación son los fines, pero también la seguridad de poder alcanzarlos. Si tienes fines muy claros, pero no sabes si podrás conseguirlos, no estás motivado.
La felicidad y realización personal son caminos, no fines, pero son caminos llenos de fines. El entrenamiento Velum es una gran ayuda en este camino. Revitaliza la fe en ti mismo, y en tus potenciales, que es parte fundamental de la motivación, pues sostiene la seguridad de alcanzar los propios fines.
La motivación nace de la capacidad de tomar tus propias decisiones: “quiero esto y lo puedo lograr”. El entrenamiento integral te ayuda a clarificar los fines, pero sobre todo a desarrollar una metodología eficaz para poner en marcha los mejores recursos para conseguirlos. Es, como dijo un entrenado después de varias sesiones, “una garantía”.

La motivación misma te hace feliz. Una motivación que no suscita felicidad, no es una buena motivación. La motivación necesita encontrar un sentido y un propósito en lo que se hace.
También la motivación puede orientarse a evitar un mal, a librarse de algo. Y en este sentido, el fin también genera una felicidad en la persona, porque evita algo negativo.
Motivación no es tener ánimo, motivación es tener motivos. La motivación no depende especialmente de lo que pensamos o sentimos. Tendemos a sobrevalorar la influencia de nuestras emociones y pensamientos en nuestra motivación, en nuestras conductas. En realidad, es mucho más importante el porqué o para qué hago las cosas que las ganas que tengo de hacerlas.
La motivación es única en cada persona. Por eso, el entrenamiento Velum ayuda tanto en ese aspecto, porque es personalizado. No existe una motivación de las personas, sino una motivación para cada persona en un momento y contexto determinados. La motivación de cada persona debe ser tratada como un caso único.
Una de las actividades habituales en un proceso de entrenamiento Velum es animar a que el entrenado defina o encuentre objetivos retadores, que realmente le resulten motivadores a la vez que alcanzables.