Reflexionar

El Recuento de los Daños.

Seamos realistas, este ha sido un año que se ha sentido eterno y perdido de alguna manera, en algún sentido para todos nosotros. Hemos percibido como a lo largo de estos muchos días que se convierten en semanas y que terminaron evolucionando a meses de trabajar encerrados en casa, estar aislados de nuestros amigos y compañeros o hasta familia en casos más lamentables o, en el peor de los casos haber sufrido la enfermedad y hasta haber perdido a un compañero, amigo o familiar de la enfermedad.

NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE DESARROLLA SUS POTENCIALES

El mayor recurso con el que cuenta el ser humano para salir adelante está dentro de él; son sus potenciales. Cuesta descubrirlo, pero es real. En cualquier situación, el crecimiento del ser humano depende del desarrollo de sus propios recursos, de sus capacidades.
El ser vivo de la especie humana puede educar su olfato para ser capaz de distinguir cualquier olor, cualquier fragancia. Puede desarrollar su oído para identificar cada nota musical, cada sonido; su gusto, su tacto, su vista, y esto es sólo el principio.

Marido y mujer cara a cara

Es frecuente encontrarse y observar en la calle a una pareja, él y ella tomados de la mano, caminando por la vereda, conversando, sonriendo… rumbo a algún destino desconocido.

Cualquiera diría que se trata de una pareja feliz, dos novios o esposos que se quieren y que tienen el mundo en sus manos. Es natural pensar que hay amor entre los dos.

Sin embargo, todos sabemos que las apariencias no siempre reflejan la realidad. Muchas parejas de esposos, que quizá caminan en la calle despreocupadas y felices, en la intimidad de su interior y del propio hogar cargan con problemas muy pesados y a veces graves, con dificultades que llegan a deteriorar y destruir la vida matrimonial, hasta provocar la ruptura de aquel lazo de amor y de comunión que un día los unió.